(Yo): Huy, huele a chorizo escaldao, ¿no?
(Mi madre): Claro, tu padre con la manía que tiene que poner las manos en las cristales, no sé ni pa qué me paso toda la mañana limpiando.
(Mi padre): A mí qué me cuentas...
Desconozco si mi padre se quedó muy escaldao con el rapapolvo, y si el olor venía de ahí. Pobrín de mi viejo, ho.
Madre mía, estáis fatal en tu casa, ¿eh?
ResponderEliminar¡Salióte muy asturianu ese ho, muchacha!
ResponderEliminarPues sí pobre padre tuyo. Un ejemplo perfecto del clásico:
-¿Adónde vas?
-Patatas traigo
Espe: Y aún no has visto nada...
ResponderEliminarNana: Es que en el triángulo geográfico asturiano-berciano-orensano al final viene todo a ser casi lo mismo
¡Cuánto tiempo sin verte usar el "ho"! xDD
ResponderEliminarMe encantan los diálogos de besugos, en mi casa también suelen ocurrir... mi padre tiene la habilidad de desconectar en medio de una conversación y volver a conectar cuando se le ha ocurrido una cosa que no viene a cuento xD
Una duda me asalta:
ResponderEliminarestos coloquios del absurdo, ¿los captas plena de facultades cognocivas o con la carajera del recién despertar?